Treinta y tres

Gentry tiene un brío en su paso que no ha tenido en mucho tiempo mientras nos dirigimos al estacionamiento hacia nuestros autos.

—¿Quién maneja? —grito, preguntándome si todos van a ir conmigo o qué.

Esa sería la opción más segura, así solo necesitamos preocuparnos por tener un conductor designado...

Inicia sesión y continúa leyendo