Treinta y cinco

Corbin

¡Santo cielo! Todo mi cuerpo se siente como un gran moretón... ¿Qué demonios pasó?

Abro los ojos y veo las paredes blancas y estériles, el pitido del monitor y la cabeza de cabello rubio arenoso de un chico sentado en una silla junto a mi cama, con la cabeza apoyada en sus brazos cruzad...

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