118. «Siente tu vagina mojada».

Las palabras de Abraham rompen la tensión dentro de mí, y grito, temblando con oleadas de placer mientras el orgasmo me domina. Mis dedos no se detienen, prolongando la intensa sensación que anhelaba. Ni siquiera me importa que mis gemidos sean tan fuertes...

Echo la cabeza hacia atrás, estiro el c...

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