131. «Amarte y respetarte».

Los segundos siguen alargándose, o al menos así parece. En realidad, no pasa mucho tiempo antes de que la voz de Abraham vuelva a sonar, aún más ronca.

—Si te conviertes en mi esclava, me aseguraré de que te sientas segura y siempre respetaré tus límites.

Contengo la respiración en mi garganta, ob...

Inicia sesión y continúa leyendo