39. «Hazme c*m».

Me giro hacia él bruscamente, sorprendida y de alguna manera confundida. Pero a pesar de mi acto rebelde e impulsivo, Abraham me mira con diversión y una sonrisa arrogante en sus labios.

De repente, siento la realidad cayendo pesadamente sobre mis hombros, golpeándome fuerte en el pecho. Me siento c...

Inicia sesión y continúa leyendo