Capítulo 27.

Desde la perspectiva de Lila.

Podía ver su rostro descompuesto, su puño apretado.

—Tú y yo sabemos que no eres la chica, Keith estaba en el hotel.

—¿De dónde demonios sacaste eso? —gruñó.

—Oh querida, deberías dejar de actuar a la defensiva, no eres ella y aunque te lo digas mil veces, no cambia...