3O

La dejo entrar, poniendo mis brazos alrededor de ella para apoyarla.

—¿Qué pasó? —pregunto y la guío para que se siente.

—Lo encontré engañándome con Marya, en mi cama en mi departamento —solloza.

—¡Ese desgraciado! —escupo.

Ryan se apoya en la pared como una estatua mientras todo se desarrolla ...

Inicia sesión y continúa leyendo