No puedo dejar que sepa

—¿No vas a hacer que se quede? —preguntó Nigel y negué con la cabeza—. ¿La dejarás ir sin luchar?

—No puedo mantenerla conmigo —respondí, pasando las páginas del libro que sostenía.

—¿La dejarás ir por segunda vez, sin luchar?

Cerré el libro y suspiré.

—No quiero que se arrepienta de quedarse aquí.

...

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