Capítulo 58

—¡Hola! —Liam asomó la cabeza por la puerta de la cocina, que estaba entreabierta. Levanté la vista de la masa que estaba amasando. Solo se veía su cabeza, con una enorme sonrisa en el rostro.

—Hola, Liam —respondí, sonriendo. Era agradable verlo. No lo había visto en varios días.

—¿Cómo has esta...