Capítulo 226

El astillero del Atlántico después de medianoche era un cementerio de sueños oxidados. Grúas esqueléticas se alzaban hacia el cielo estrellado como los huesos de gigantes prehistóricos, mientras que los almacenes abandonados se agazapaban en la oscuridad como espíritus malévolos. El olor a agua sala...

Inicia sesión y continúa leyendo