32. Sangre nueva

Las pesadas puertas se abrieron de golpe y una ola de aire cálido, perfumado con aromas de sexo y champaña, los envolvió.

Matt se inclinó, rozando sus labios contra su oído.

—¿Lista, nena?

El pulso de Princess latía contra su garganta. —Creo que sí.

Entraron juntos.

La tenue iluminación bañaba ...

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