Capítulo 24

Bianca & Isaac

Bianca

Me quedé mirando la puerta ahora vacía, con la mandíbula floja y los ojos abiertos de par en par. Pero, sobre todo, el dolor que sentía en el pecho había comenzado a irradiarse hacia afuera, viajando hasta mi vientre, mis piernas, las puntas de mis pies.

Zelda apareció en mi...

Inicia sesión y continúa leyendo