8. «Noche, luz y deseo»

Mientras la luz de la luna caía suavemente sobre las frías baldosas de cerámica de la terraza, fijé mis ojos en Leonardo. En ese momento, sentí que él era lo único que existía; las estrellas parpadeaban en el cielo, iluminando este instante. Cuando me miró, sentí una ola de emoción que hizo que mi c...

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