Capítulo 15 — El turno

Adrienne

El aroma ya no le pertenecía a Noah.

Me pertenecía a mí. No de una manera poética o metafórica, sino de la misma forma en que una patente pertenece a su inventor. Cada parte de él —las proporciones, el tiempo, las respuestas— había sido grabada en mis notas como si fueran escrituras.

...

Inicia sesión y continúa leyendo