Capítulo 41: Sombras de control

Noah no había dormido en tres noches. Las sábanas se enredaban alrededor de sus piernas como grilletes, húmedas de sudor a pesar del aire fresco que entraba por la ventana entreabierta. Cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de Adrienne—no el público y pulido, sino el destello privado que hab...

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