Capítulo 4 - Un juramento

No tenía idea de por qué mi corazón sintió un brinco cuando vi a esa jovencita llegando con mi sobrino. Tampoco pasé por alto que Juan Eduardo no dejó de mirar el retrovisor hasta que salimos de los predios del convento.

—¿Quién es la jovencita que llegó contigo? ¿Es una de tus amiguitas?

—Amiguit...

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