DARDOS Y CUARTOS

—¿Tu hermana? —preguntó Cassandra y Bully asintió. Le resultaba desconcertante que él tuviera una hermana y, sin embargo, tratara a las mujeres de esa manera tan espantosa junto a su maestro.

—Está muerta —dijo lentamente y dejó caer la toalla en el cuenco. Eso hizo que el corazón de Cassandra se h...

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