CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

Los recuerdos siguen viniendo a mi mente.

—No. —Se agachó cerca de la cama en la que estoy—. Todo estará bien, te protegeré y trataré de averiguar todo sobre ti.

¿Por qué está preocupado por mí? ¿Éramos algo?

—¿Por qué me ayudas, chico? —pregunté, todavía asustada.

—Bueno, yo también me lo pregu...