CAPÍTULO DIEZ

Vincenzo Santoro.

Nos subimos al coche y cruzo las piernas para contemplar su belleza ante mis ojos.

—Realmente lograste superar mis expectativas, sei bello (te ves hermosa) con ese vestido, mi tesoro.

Declaro sin apartar la vista de ella, aunque me sentía un poco avergonzado por el cumplido.

—M...