CAPÍTULO 54: ÉL LO QUERÍA.

El ojiazul se sirve un vaso de whisky y se recuesta de su escritorio, viendo fijamente la mesa multijuegos que Darwin compró. Luego su cabeza va hacia la derecha, al escritorio vacío del castaño, y aprieta el vaso en su mano.

Tres semanas. Sin ver a Catalina y sin escuchar los chistes, regaños o qu...

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