Capítulo 30 - Mi ofrenda de paz

Santos

No sé cómo podré ver de nuevo a María Constanza, no pude trabajar, no pude concentrarme. Su mirada triste me taladraba la cabeza. Supongo que se encontrará en el apartamento, y se entregó al llanto por mi culpa. Bajé del auto, subí al ascensor, saqué las llaves del apartamento y al ingres...