Capítulo 59 - Nadie tiene derecho a quitarme la felicidad

María Constanza

Las nuevas sensaciones y experiencias me tenían a punto de gritar en el carro de Santos, —menos mal íbamos por una autopista a una velocidad considerable, me había acomodado para que le fuera más fácil acariciar mis pliegues y yo poder tocarlo, aunque por la experiencia de él, lo...