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DOMINIC

Habían pasado más de doce horas.

Doce malditas horas desde que las chicas desaparecieron.

Doce horas desde que ocurrió lo peor que podría haber pasado.

Doce horas de llamadas, búsquedas, excavaciones e incluso rezos a un Dios del que no estaba seguro si todavía escuchaba a personas como ...

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