Capítulo 147

Después de haberla hecho mía, la saco de la ducha y la llevo a la cama, luego me recuesto a su lado y la abrazo.

—¡Perdón si te lastimé!— susurro tras su oído, no dice nada y se gira.

—Estoy bien —suspira y me besa. La llevo a mi pecho y así nos quedamos hasta el amanecer.

Por la mañana me levanto y...