Capítulo 48

Por la ruta viva corría el auto que horas atrás acababa de producir un accidente. Quien piloteaba la nave se orilló en un lugar desolado. Bajó del auto y, con desespero, hizo una llamada.

—Papá, tienes que ayudarme.

—¿Qué hiciste?

—Atropellé a un niño... No fue mi intención…

—Eres un completo idiota...