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—Kes.

—Sí, Lissa.

—Solo quería disculparme.

—¿Disculparte por qué?

—Por todo.

—Lissa, no tienes que disculparte, no hiciste nada malo.

—Sí lo hice, fui tan mala como el resto de la familia.

—Oye, está bien, es mejor que reconozcas eso y mejores en el futuro —me dice.

Asiento con la cabeza.

—Pero aún...

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