10

Tía Lydia suspiró; tenía debilidad por ese chico. Lo tenía completamente dominado. —Está bien, déjame terminar esta llamada primero. Hablo contigo luego, Jill. Te amo.

—Te amo —dije, antes de colgar. Dejé mi teléfono en la mesita de noche y de repente todo lo que pasó hace seis años empezó a invadi...