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Al escuchar las palabras narcisistas del hombre, Hania se sonrojó de ira y murmuró:

—Yo... yo no...

Sin embargo, su voz era tan suave y débil que David solo consideró su murmullo como una protesta tímida.

¿No decían siempre que las mujeres eran contradictorias? Aunque ella lo había rechazado, deb...