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En ese momento, Tiana le susurraba a Reeva:

—Nuestra señora es muy querida... Nunca he visto a un hombre mimar tanto a su esposa.

—Es verdad... Pensándolo bien, nuestra señora es realmente afortunada.

Por otro lado, Ella mantenía la cabeza baja y no participaba en la conversación.

Sin embargo, t...