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En un instante, Genevive sintió como si hubiera caído en un abismo.

Cuando Elliot giró la cabeza, se sorprendió al ver a Genevive entrando silenciosamente. Sin embargo, no se sintió culpable en absoluto, aunque la pantalla del proyector aún mostraba fotos de Hania.

—Puedes irte ahora —dijo Elliot ...