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Viendo que David no hablaba, Hania preguntó —¿No puedo llamarlo?

David le acarició la cabeza —Claro que puedes... Es solo que...

Aguzando los oídos, ella quiso escuchar atentamente lo que iba a decir.

¿Estaba tratando de hacerle una oferta?

—Diez uvas más y puedes llamarlo.

Después de escuchar ...

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