Capítulo treinta y tres: Tu destino sin perdición

Un asesino, débil, cobarde, son algunas de las palabras que rondan mi mente con lo que ocurrió en las mazmorras. Quiero vomitar. Quiero borrarlo, pero no puedo.

Y contarle a Freya todo, desde el trato con Ivarron hasta Darius y el collar, causó una tensión rígida en el aire pesado. Ella escuchó ate...

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