VEINTIDÓS

—Entonces prepárate—, le oyó decir y dejó de respirar. No estaba segura de lo que iba a suceder a continuación, pero sabía lo que había pedido. Solo no estaba segura de si Hades se lo iba a conceder.

Pero se sobresaltó en la cama cuando sintió sus labios en su piel, en la base de su cuello. Plantó ...

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