Capítulo 22: Pretextos

Emma abrió los ojos como platos, consternada al oír semejantes palabras.

¿Ella? ¿Arrodillarse ante una insulsa perra de clase baja porque quisieron matarle a su bastarda? ¡Jamás! Frunció el ceño y miró a la castaña con evidente desprecio.

Hannah, con gesto resuelto, se limitó a comentarle a su jef...