Especial I: Nos volveremos a ver cuando el Sol brille más

El tiempo no perdonaba, y ellos eran la auténtica prueba de ello. Estuvieron juntos toda su vida desde el primer momento. Cuando la célula se dividió en el interior de sus madres, crecieron uno junto al otro, se formaron, se sintieron, y desde entonces, aunque pudiera sonar extraño, y aunque pasaran...