Capítulo 60 ¡No puedes mantenerme prisionera!

Mi corazón latía rápidamente contra mi pecho; no podía decir si era porque me habían atrapado husmeando en la oficina de Gavin o porque estaba tan furiosa con él. Pero la manera acusatoria en que me miraba hacía que mi sangre hirviera.

—¿Qué estoy haciendo? —pregunté, rodeando su escritorio con la ...

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