Capítulo 27 : El frio de la verdad

La noche se abría limpia, fría, con un cielo despejado y una luna como uña plateada. El auto negro los esperaba con discreción de animal bien entrenado. Camila se acomodó en el asiento; el cinturón le cruzó el pecho con un latigazo de realidad. Él rodeó el capó y se sentó al volante. No habló, puso ...

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