Capítulo 37 : Reclamada 2

El tono fue tan prohibido, tan crudo, que la excitación volvió a encenderla sin remedio. Camila, sin pensarlo, se inclinó hacia su abdomen y besó la piel firme, avanzando como una tonta enamorada hasta su pantalón. Lo bajó con manos ansiosas y su miembro apareció ante ella, duro, grueso, hermoso....

Inicia sesión y continúa leyendo