Capítulo 40 : Cree en mis palabras

La cabaña respiraba ese silencio espeso de las casas de invierno, como si la nieve amortiguara no solo los ruidos, sino también los pensamientos. Desde el ventanal del altillo, Camila observó el bosque cubierto de blanco y pensó —con esa mezcla humillante de lucidez y deseo— que no tenía ninguna aut...

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