118: Joyas que perduran en el tiempo

Alexandra al ver a sus hijos maldijo en sus adentros, sus manos se volvieron un puño y lanzó un suspiro pesado.

—Preston, ve con los niños —Alexandra miró al hombre con total autoridad —no quiero que discutas mis órdenes, sabes que no me gusta que ellos miren este tipo de escenas.

Preston se fue c...

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