121: Comprando la libertad

Los números se comenzaron a alzar cada vez más; habían varios hombres de negocios bastante jóvenes. Noel se levantó hecho una furia y dejó a Sarah en el asiento.

—¡Cinco millones de dólares! —gritó una mujer al teléfono—. Tengo al ofertante aquí conmigo.

—¿Quién da seis millones por la señora Hill...

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