124: Promesas que se las lleva el viento

Justo en ese momento el sonido de un helicóptero y una luz alumbraron a la mujer junto con el animal.

—¡Alexandra! —ella miró a Noel—. ¡Ven aquí!

Noel estaba lo más cerca que podía y se extendía por completo; Alexandra miró y, a pesar de la cercanía de su esposo, la brecha era enorme.

—¡Confía en...

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