129: Las novelas de la abuelita

Alexandra comenzó a jalonear a Noel, pero aquel hombre parecía un toro embravecido que quería despedazar a Preston.

—¡Es lo que quiero! —Él intentó continuar, pero se detuvo por Alexandra. —¡Suéltame! Le voy a quebrar todos los huesos para que no te vuelva a tocar; debe entender que tú eres intocab...

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