94: Rabias y despedidas

Todo mi cuerpo estaba temblando y en mis adentros pedía que Noel estuviera bien; a mala hora tuvo que salir la Alexandra del pasado.

—No te preocupes, aquí estoy para que me destroces por completo. No pienso atacarte, tampoco pedirte que te detengas. Haz tu justicia, que nadie te lo va a impedir.

...

Inicia sesión y continúa leyendo