Capítulo 22

—Ya renuncié a mi trabajo —dijo Jesse, apretando los dientes.

Kian lo miró, confundido.

—¿Renunciaste? ¿Por qué?

Jesse soltó una risa amarga.

—¿Cómo podía seguir trabajando allí? Todos los días me sentía como un tonto, viendo a mi novia engañarme con nuestro jefe.

—Es comprensible —Kian y Kelvi...

Inicia sesión y continúa leyendo