Capítulo 34

—¿Estás lista? —preguntó Ben, terminando de ajustar la corbata alrededor de mi cuello.

Y no, no estaba lista. Durante la mañana, él había tocado la puerta del dormitorio para ver si estaba bien, pero el sueño no llegó, así que no pude descansar. Pasé la noche pensando en cómo podría lidiar con todo...