Capítulo 36 - Magdalenas y helados.

Una Amelia borracha siempre era salvaje, pero nunca podía superar a una Amelia con resaca. Odiaba las resacas. La hacían sentirse débil, lenta y sensible a la luz.

No planeaba beber tanto, pero al menos Boston había sido lo suficientemente caballeroso como para llevarla de vuelta a casa. Fueron a u...