Capítulo 8 - Decisiones apresuradas.

A Amelia le disgustaba pintar el atardecer tanto como le disgustaba pintar el amanecer, pero cuando se detuvo un minuto y miró por la ventana, se encontró con una vista hermosa.

El sol amarillo había cambiado a tonos de naranja, y luego casi mandarina. Se fusionaba con el cielo, como jugo disolvién...