Capítulo cuarenta y dos

—Ella está aquí conmigo —dijo él antes de colgar la llamada.

Una sonrisa siniestra se dibujó en sus labios mientras miraba a Crystal, quien de inmediato sintió que algo no estaba bien. Intentó correr, pero ya era demasiado tarde; Liam se lanzó hacia ella, la agarró por la cintura y le puso un pañue...