Capítulo cuarenta y seis

—Vaya, vaya, si no son mi compañero y las marionetas de Damien —dijo alguien desde atrás, haciendo que se detuvieran.

—¿Compañero? —repitió Max, alejándose ligeramente de Aiden.

—¿Qué demonios haces aquí? —gritó Aiden, girándose hacia su supuesto compañero.

—Max, tienes que escucharme. No es lo q...